El Pasillo Siniestro

Sucedió una noche de octubre del año 1998, Don Felipe se dedicaba a limpiar los pasillos de la casa en el segundo piso, el reloj marcaba las 5 de la tarde y poco a poco en el lugar, una sensación extraña lo casi obligaba a permanecer en ese pasillo; aunque ya estaba anocheciendo ingresó a una de las habitaciones de pronto al escuchar un ruido y tras la puerta pegada a la pared encuentra un cuadro con clavos y en cada uno cabellos de mujer enrollados.

La impresión ante tal espantoso cuadro lo hizo retroceder unos pasos, no recordaba haber visto tal cosa en el tiempo que tenía de guardián, pensó que algún inquilino antiguo lo habría dejado olvidado .El ambiente ya estaba oscuro, con la ayuda de una linterna buscaba algo que ni él mismo entendía quizás una respuesta lógica ante lo inexplicable, de pronto un ruido como de pasos correr se escuchó en el baño abandonado, pensó que sería un gato o alguien que le estaba jugando una broma, se adelantó a mandar un "Carajo quién está ahí? " pero el silencio se dejaba escuchar...

En ese preciso instante como si algo ingresara a la habitación, un viento fuerte lo empuja como queriendo mostrarle algo, Don Felipe siente que sus vellos se erizan y sin mayor miramiento decide encontrar el motivo por el cual era extrañamente obligado a quedarse ahí, tras unos pasos hacia el baño va sintiendo una presión que lo hacía sudar frío, alerta a cada ruido, a cada paso, a cada sombra entre la luz de la linterna...

Un paso más y al iluminar se encuentra frente a frente con la muerte, una calavera ubicada en el suelo dentro de una pequeña y vieja urna de madera que lo miraba con sus ojos vacíos queriéndole decir algo.

Don Felipe siente que sus cabellos se erizan al extremo, pero su temple ayacuchano lo obligaba a permanecer frente a frente ante tal aparición, él se preguntaba ¿quién podría haber dejado tal cosa en ese lugar? pero no hallaba respuesta a su pregunta, sin advertir un lamento se escucha desde el pasillo, sale rápido hacia la puerta y al llegar al pasillo ilumina con la linterna los espacios, buscando el origen de tan tenebroso lamento, una silueta negra de mujer con manto del mismo color lo observaba desde lejos, frente a frente nuevamente ante el espectro, decide caminar hacia su encuentro, las maderas del piso chillaban a cada paso suyo, mientras se acercaba a la mujer otro lamento que helaba la sangre se deja escuchar, una y otra vez hasta llegar a escuchar 3 lamentos.

Don Felipe estaba como a 6 pasos del espectro y en un momento al iluminar con la linterna nota que la mujer no tenía rostro ni pies y justo en ese momento se desvanece... muy de prisa baja hacia el baño del primer piso a lavarse la cara y salir de su asombro, era la segunda vez en su tiempo de guardián en ese palacio en que tenía una experiencia paranormal, él se preguntaba si podría resistir otra igual, se dirige a su habitación pensando en la calavera, en la mujer, en el cuadro con cabellos enrollados en clavos.

Desde esa noche y cada vez que llega la tarde, se siguen escuchando los pasos en el segundo piso, en el corredor, a veces se escucha el lamento de una mujer. La calavera aún sigue ahí en el mismo lugar, junto al cuadro, en esa extraña habitación. Este espacio está restringido y es poco explorado por ser un lugar cargado de energía paranormal, las habitaciones tienen un empapelado muy hermoso en buen estado, se encuentran vacías, sin muebles, sólo un alma cuida ese lugar, una mujer condenada a rondar las noches por los pasillos del segundo piso, una mujer sin rostro, sin pies y sin poder descansar después de su muerte.

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